Compromiso es la promesa de vínculo entre, en este caso, una
pareja, (también podemos comprometernos con una empresa o con un partido
político). Supone una intención de trabajar por un proyecto común y comporta
ciertas obligaciones y sacrificios para lograr ese objetivo que ambos miembros
de la pareja desean.
Miedo al compromiso: ¿cómo afrontarlo?
Compromiso es la promesa de vínculo entre, en este caso, una
pareja, (también podemos comprometernos con una empresa o con un partido
político). Supone una intención de trabajar por un proyecto común y comporta
ciertas obligaciones y sacrificios para lograr ese objetivo que ambos miembros
de la pareja desean.
Causas del miedo al compromiso
En el concepto incluimos la
palabra miedo, no estamos hablando de alguien que no quiera comprometerse con
una persona en concreto simplemente porque no siente que esa relación vale la
pena, hablamos de un miedo que hace que se eviten circunstancias que puedan
implicar compromiso. Este temor puede venir derivado de otros miedos que
probablemente también influyen a diferentes aspectos de su vida, no solo el
sentimental.
- Miedo al cambio: Compartir
nuestra vida con una pareja supone renunciar a muchas cosas para también ganar
otras. Es obvio que significa un cambio en nuestras vidas, en nuestros
objetivos y prioridades. La incapacidad para adaptarse al cambio es más
frecuente de lo que pensamos, salirnos de nuestra zona de confort; lo que ya
conocemos siempre da vértigo pero la diferencia está en superarlo e ir a por
ello o quedarnos quietos con la intención de conservar lo que ya tenemos y el
riesgo de no vivir algo mejor.
- Miedo al éxito: Algunas
personas saben que dar un paso más en su relación mejorará sus vidas, son
capaces de enumerar todas las ventajas que eso tiene pero no pueden tomar la
decisión. Esto puede ocurrir porque no nos sentimos merecedores de ese éxito o
quizás, más frecuentemente, no sabemos si podremos manejarlo y mantenerlo en el
tiempo. Preferimos quedarnos con nuestra situación actual y no tener tanto que
perder.
- Miedo al fracaso: El miedo a fracasar nos paraliza. Esto es muy
habitual pero hay que aprender a superarlo para no encontrarnos siempre con el
mismo muro. Es cierto que podemos fracasar, en el tema sentimental y en
cualquier otro, pero es necesario fracasar para llegar al éxito. Aprender y
renovarse es la clave para ser feliz. El compromiso no significa fracaso,
significa avance, y aunque la relación finalmente no funcionara seguiría sin
haber sido un fracaso.
- Exceso de control: Cuando
estamos solos vivimos en nuestra zona de confort y seguridad. Podemos estar más
o menos satisfechos con nuestra vida pero controlamos los elementos que la
componen. Podemos elegir cuando hacer las cosas y gestionar nuestro tiempo
(contando claro con diferentes deberes y satisfacción de necesidades
primarias), no tenemos que dar cuentas a nadie desde que nos independizamos de
nuestros padres, podemos pasar nuestro tiempo de ocio como nos venga en gana.
Comprometiéndonos con un proyecto, sea de pareja, laboral o familiar muchas de
estas decisiones no las tomamos solos, no podemos controlar al 100% todos esos
elementos porque hay más personas involucradas. Obviamente todo esto tiene
muchas ventajas pero si te cuesta ceder o perder el control sobre aspectos de
tu vida el compromiso puede costar.
Afrontar el miedo al compromiso: El
primer paso es asumir que sufrimos un miedo al compromiso y querer superarlo.
Esto que parece tan sencillo, no lo es, ya que generalmente nos vamos a excusar
con mil razones o vamos a aferrarnos a que la falta de compromiso forma parte
de nuestra identidad y no debemos cambiarlo.
Una vez aceptado que no nos
comprometemos por miedo ya podemos plantearnos solucionar el problema.
Reflexionaremos acerca de cómo nos enfrentamos a lo que nos da miedo en
general, por ejemplo como hemos vivido situaciones que temíamos como un examen
o una entrevista de trabajo. ¿Huimos y no nos presentamos? ¿Ponemos en una
balanza las posibles pérdidas y posibles ganancias y con eso tomamos una
decisión? ¿Nos lanzamos sin pensar en las consecuencias? Si consideramos que la
forma de enfrentarnos a otros miedos es distinta a la del miedo al compromiso
es hora de estudiar cuales son las diferencias.
Otro tema de reflexión es como
nos enfrentamos a situaciones de frustración, ¿Qué ocurre cuando pese a
nuestros esfuerzos las cosas no salen como deberían? Trabajando la seguridad en
nosotros mismos y creando herramientas que podemos utilizar para gestionar la
frustración tendremos más recursos y nos sentiremos más confiados a la hora de
enfrentarnos a situaciones que podrían salir mal.
La parte más importante del
trabajo para superar el miedo al compromiso es la comunicación con la pareja.
Hay que entender que el otro no sabe qué nos pasa por la cabeza y puede
sentirse terriblemente rechazado y herido porque no nos comprometemos. Es
posible que nos sea difícil expresar la naturaleza de nuestros miedos, que es
lo que tememos y porqué, si esto ocurre muchas veces es más fácil expresarlo
por escrito para luego verbalizarlo. Es muy importante que ambos miembros de la
pareja se comuniquen sus miedos y expectativas, porque, ¿sabes? Tu pareja
también tiene miedo, mucho que perder y mucho que ganar.
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