Más
de la mitad de las mujeres ya utilizan juguetes sexuales
Hace ya tiempo que la
moda del tuppersex y las reuniones eróticas a domicilio cambiaron el escenario
sexual de las españolas. En el punto de mira un claro objetivo: disfrutar del
sexo. Con o sin compañía.
Sabemos que para
conseguirlo hay que desterrar tabúes y falsos mitos, prejuicios insanos y el
pudor, pero también que podemos (y debemos) echar mano de todo aquello que nos
ayude a alcanzar el clímax, sin sentirnos culpables por ello.
Quedar
para compartir experiencias con estos productos.
Si no se consigue llegar
al orgasmo ni con la penetración ni con la estimulación manual tenemos todo un
arsenal de productos eróticos que nos llevaran al orgasmo. Y es que, sin duda,
los juguetes sexuales se inventaron por y para las mujeres. Con ellos puedes
aprender a disfrutar del sexo y llevar una vida sexual con prácticas
saludables.
Vibradores,
bolas chinas y aceites corporales estimulantes son los productos preferidos por
las mujeres que quieren mejorar su vida sexual, según los datos que arroja Dolce Love, la primera
cadena de parafarmacias eróticas de Europa.
De hecho, el 80 por
ciento de los clientes de las sex shops son mujeres y 6 de cada 10 españolas de
20 a 45 años usan juguetes sexuales en sus relaciones sexuales.
Cada vez entramos con
más naturalidad (y asiduidad) en las tiendas eróticas porque hemos entendido
que las relaciones sexuales no se limitan a nuestros genitales ni a lo que
nuestras parejas hacen con ellos.
Un
vibrador, por ejemplo, no sirve solamente para penetrar. Puede ser un masajeador
con vibraciones que estimule cualquier parte del cuerpo, desde los genitales,
pasando por los pechos, el abdomen y hasta las orejas.
Los juguetes eróticos
son una parte fundamental en las relaciones sexuales. Son divertidos, tienen
propiedades muy beneficiosas, tanto a nivel físico (anorgasmia, falta de deseo)
como a nivel psicológico, y además unen a la pareja mucho más en el plano
sexual.
Es una buena forma de
salir de la rutina y aumentar la creatividad en las relaciones sexuales.
Además, a los chicos les ayuda a ver más allá de su pene y a centrarse en el
placer de su pareja.
Para
las mujeres jóvenes este aparatito es algo normal en sus vidas, no se
avergüenzan de usarlo y lo tienen bien a mano, en la mesita de noche, junto a
los condones y el vaso de agua. Forma parte de sus vidas y es como comprarse
ropa, perfumes o lencería.
A las mujeres nos gusta
comprar (este sí es un mito verdadero, lo tenemos asumido) y a hora de hacerlo
somos muy exigentes (por no decir plastas de campeonato). Inspeccionamos todo
desde el diseño, el color, el olor, el sabor, las sensaciones, rugosidades,
intensidades y velocidad, etc. Hablar, comentar y comparar con las amigas, ¡nos
encanta!
Lo
único que tienes que tener en cuenta es que es imprescindible una correcta utilización, mantenimiento e
higiene de estos productos para evitar infecciones vaginales.
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