jueves, 14 de julio de 2016

Sexo: a qué le temen hombres y mujeres en la cama.


-
-
-



Sexo: a qué le temen hombres y mujeres en la cama
Tener relaciones sexuales podría considerarse algo totalmente natural y placentero, pero eso no quiere decir que no haya ciertos temas o aspectos que nos causen un poco de preocupación. Por eso, a continuación te revelamos cuáles son los principales miedos de hombres y de mujeres, en el sexo.

Aunque queramos tener intimidad, también hay cosas que nos hacen dudar.
En un intento por saber cuáles son los temores de la gente a la hora de tener un encuentro amoroso, el sitio de servicios médicos en línea Superdrug Online Doctor, publicó una encuesta en la que entrevistó a dos mil personas de Estados Unidos y de Europa, pidiéndoles que calificaran del 1 al 10 sus preocupaciones más comunes.
Aquí los resultados:
Los 10 principales miedos sexuales entre las mujeres:
·       Que su pareja no use condón
·       Que su pareja tenga una enfermedad de transmisión sexual
·       Tener un embarazo involuntario
·       Que su pareja no acepte un “no” como respuesta
·       Que su pareja quiera hacer algo que a ellas no les guste
·       Que alguna función corporal embarazosa ocurra durante el acto sexual
·       Que su pareja no llegue al orgasmo o no quede satisfecho
·       Que ella no llegue al orgasmo o no quede satisfecha
·       Tener un mal desempeño sexual
Los 10 principales miedos sexuales entre los hombres:
·       Que su pareja tenga una enfermedad de transmisión sexual
·       Que su pareja no llegue al orgasmo o no quede satisfecha
·       Ocasionar un embarazo involuntario
·       Eyacular antes de tiempo
·       Que su cuerpo desnudo le parezca poco atractivo a su pareja
·       No ser capaz de mantener relaciones sexuales
·       Tener un mal desempeño en la cama
·       Que su pene sea demasiado pequeño
·       Que su pareja piense que es inexperto
·       Sentirse incómodo después del sexo
La encuesta también reveló que las personas europeas se habrían mostrado más preocupadas porque su media naranja encontrara extraños los ruidos que hacen al intimar, les costernaba decir el nombre equivocado de la persona con la que tienen  sexo o temían ser demasiado rudos durante las relaciones, según reportó el diario británico.
Otros temores
Nostros consultamos a algunas personas para que nos revelen cuáles son sus principales temores debajo de las sábanas.
“Estar con una mujer que tenga una mala higiene u olor desagradable, es uno de mis temores más comunes”, nos comentó el comunicólogo de 34 años, Omar Soto.
“También es muy molesto que durante el sexo estén distraídas con otras cosas”, comentó Ricardo Sanabria, estilista de 39 años.
Asimismo, Claudia Limón, estudiante de administración de 21 años, comentó que “no contar con un lugar seguro y confiable para tener un encuentro sexual es muy estresante. Si estás en un hotel, piensas que es antihigiénico. Si lo haces en la casa de alguien, crees que alguna persona puede llegar en cualquier momento”.
Así que, como ves, no todo es felicidad y diversión a la hora de tener intimidad. Pero, cuéntanos, ¿qué es lo que más te preocupa al momento de tener relaciones sexuales? 

lunes, 20 de junio de 2016

Tener más estrés y otras 4 cosas que podrían sucederte si dejas de tener relaciones sexuales


-
-
-










¿Acaso estás pensando en dejar de tener relaciones sexuales por alguna alocada razón? ¡No tan rápido! Mejor descubre primero lo que podría pasarle a tu cuerpo si dejaras de tener diversión en la intimidad. ¡Sigue leyendo!

Tener o no tener sexo podría tener grandes implicaciones en tu vida.

Estrés

Investigadores de la Universidad de Paisley, en Escocia, encontraron que las personas que se abstuvieron de tener relaciones sexuales sintieron más estrés en situaciones angustiantes, como hablar en público, en comparación con aquellos que tuvieron intimidad, al menos una vez, en un período de 15 días.

Es decir, que, al tener sexo, la gente tendría una mayor capacidad para lidiar con el estrés, de acuerdo con un estudio de 2005 publicado en la revista científica Biological Psychology. Por eso, si quieres mantenerte relajado, quizás debas tener más acción en la cama.

Riesgo de cáncer

Los hombres que dejan de tener sexo probablemente estén perdiendo la oportunidad de proteger a su próstata, ya que existe evidencia que sugiere que la frecuencia con la que un hombre eyacula podría ayudar a disminuir los riesgos de contraer cáncer en este órgano, según un estudio presentado a la Asociación Americana de Urología y publicado en marzo de 2016 en la revista científica European Urology.

Los individuos que tenían entre ocho y 12 eyaculaciones al mes habrían reducido hasta un 10% la probabilidad de contraer esta enfermedad. Y los que tenían entre 13 y 20 eyaculaciones al mes, habrían disminuido estas posibilidades en un 20%, según el portal médico Medscape.

Enfermedades

Tener menos sexo podría hacer que tu sistema inmunológico no tenga tanta capacidad para combatir las enfermedades, pues las personas que tienen uno, dos o más encuentros sexuales a la semana, tendrían hasta 30% más de inmunoglobulina A (IgA). Estos son los anticuerpos más abundantes en el cuerpo y la primera línea de defensa que el sistema inmunológico usa  para combatir a la mayoría de los patógenos invasores que entran al organismo, según un estudio de 2004 publicado en la revista científica Psychological Reports.

Problemas en la relación

Dejar de tener relaciones sexuales podría afectar tu felicidad, intimidad y la seguridad que sientes en una relación. “Llevar un matrimonio sin sexo podría ser un golpe para tu autoestima, puede generar culpa, y disminuir los niveles de oxitocina (una hormona que te haría sentir más unido a otras personas). También aumentaría el temor de que la otra pareja busque a otros para satisfacer sus necesidades sexuales, lo que causaría un poco de paranoia”, comentó el psicólogo Les Parrot en la revista de bienestar Prevention.

Inconvenientes sexuales

Las probabilidades de sufrir de disfunción eréctil podrían incrementarse si dejamos tener intimidad, de acuerdo con un estudio publicado en  2008 en la revista científica American Journal of Medicine. Y es que investigadores descubrieron que los hombres que tienen relaciones sexuales más de una vez a la semana serían menos propensos a experimentar los síntomas de la disfunción eréctil, que aquellos que no tienen tanto sexo, según la Asociación Americana de Médicos de Naturopática (AANP, por sus siglas en inglés).

Como ves, podría ser importante para el organismo tener su respectiva dosis de relaciones sexuales de vez en cuando. Así que toma en cuenta estos estudios la próxima vez que tu pareja se empiece a poner cariñosa en la cama.

Y tú, ¿ por cuánto tanto tiempo te animarías a dejar de tener relaciones sexuales?

martes, 14 de junio de 2016

El efecto ‘sorpresa’ (no la frecuencia) es la clave para disfrutar más del sexo


-
-
-






El efecto ‘sorpresa’ (no la frecuencia) es la clave para disfrutar más del sexo

La intriga y la espontaneidad es la llave para que nunca se apague el deseo sexual

Para los que aún no lo tenían claro, hoy voy a intentar zanjar el tema de una vez por todas: Tener más sexo no te hace más feliz (y a tu pareja tampoco). Es más, puede llegar a producir el efecto contrario.
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (EE.UU), tira por tierra el dicho de que cantidad vence a calidad o de que tener más (de lo que sea) siempre es mejor.
En concreto, el trabajo, publicado en la revista The Journal of Economic Behavior & Organization, afirma que tener más relaciones sexuales nos hace más infelices.

El “aquí te pillo, aquí te mato” le hará más feliz que hacerlo por decreto ley. “A pesar de que parece plausible que el sexo podría tener efectos beneficiosos sobre la felicidad, es igualmente plausible que la felicidad afecta el sexo, o una tercera variable, como que la salud afecta a ambos”, cuenta George Leowenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon.
Para demostrarlo Leowenstein y su equipo reclutaron a 64 parejas voluntarias, heterosexuales y casadas de manera legal, con edades comprendidas entre los 35 y 65 años. El objetivo de averiguar cómo afecta a la felicidad a la frecuencia sexual.
El primer grupo tenía que continuar con la frecuencia semanal de sus relaciones sexuales, mientras que el segundo tenía que duplicarla.
Además, para medir el estado de ánimo de cada pareja,  se les pidió que cumplimentaran diariamente varios cuestionarios valorando sus niveles de satisfacción, placer y felicidad.

A ellos les pone que tomes la iniciativa, ¡no te cortes!
Pasados tres meses, los investigadores descubrieron que el grupo al que se le pidió que tuviera más relaciones sexuales había experimentado una disminución de la felicidad, así como de su deseo sexual y de su disfrute.
“Al contrario de lo que cabría esperar, se observó un débil impacto negativo de inducir a la gente a tener más relaciones sexuales en el estado de ánimo“.
Los expertos creen que la causa de esta ‘infelicidad’ no está relacionada tanto con la cantidad (tener que practicar más sexo) sino por el hecho de tener que hacerlo por narices. Es decir, por haber perdido esa ‘magia’, esa sensación de incertidumbre sobre lo que pasará y cuándo. Y es que cuando tenemos que hacer algo por obligación ya no nos apetece ni nos gustan tanto.
O sea que, según esta investigación, para disfrutar (de verdad) del sexo es mejor que surja de forma natural, sin programarlo.
“El deseo de tener relaciones sexuales disminuye mucho más rápidamente que el disfrute del sexo una vez que se ha iniciado, explica Tamar Krishnamurti, coautor del estudio. 
Por tanto, para que nunca se apague la chispa del deseo, los expertos aconsejan que en lugar de centrarnos tanto en el aumento de la frecuencia sexual intentando llegar o mantener los niveles del principio de una relación, “las parejas deberían esforzarse en crear un entorno estimulante que despierte su deseo y que haga que el sexo sea aún más divertido”.
Vamos que doblar la frecuencia del sexo semanal no va a hacer más feliz a tu pareja porque la disminución en la espera hace que se disfrute menos del sexo.
Por tanto, si quieres sentirte realizado sexualmente, estar satisfecho y hacer feliz a tu pareja, lo importante es concentrarse en la calidad y no la cantidad.

jueves, 19 de mayo de 2016

¿Crees que vas a ser más feliz por tener más dinero o más sexo?


-
-
-









En una pareja, siempre hay uno más activo sexualmente. Es importante tenerlo en cuenta para acoplarse a los gustos y necesidades del otro.
La frustración y, en concreto, la baja ‘tolerancia a la frustración’ (como llaman los psicólogos a esa insatisfacción general que nos corroe y nos hace querer siempre más, más y más) tiene la culpa de muchos de nuestros problemas.
Y es que no es fácil comprender que nuestros deseos no siempre serán satisfechos, lo cual hace que en ocasiones (unos más que otros) reaccionemos francamente mal ante situaciones que la mayoría de las personas deberíamos ser capaces de resolver.
Así que si viniera el genio de la lámpara a concedernos tres deseos, la mayoría le pediríamos tener “salud, dinero y amor”, por este orden. Pero tengo algo importante que decirte al respecto, en este caso, el orden de los factores sí que altera el producto.
Aunque ayuda, el dinero no nos da la felicidad. Y nunca deberíamos poner al ’maldito parné’ por delante de nuestras relaciones. Ni marcarnos como objetivo vital ser millonario antes de los 30. Son precisamente este tipo de estereotipos los que no llevan a ser unos completos desgraciados.
Fíjate bien, según una investigación publicada en la revista Social Psychological and Personality Science, que analiza los beneficios del sexo y del dinero en nuestra vida, el primero nos aporta más felicidad.

No obstante los autores, de la Universidad de Toronto-Mississauga (Canadá), aseguran que ni el sexo ni el dinero tienen beneficios ilimitados para nuestro bienestar.
Para demostrarlo se realizaron tres estudios diferentes con encuestas realizadas a más de 30.000 personas durante más de 40 años. Primero se analizaron las respuestas sobre el cuestionario realizado por la Universidad de Chicago acerca de la frecuencia sexual y el nivel de felicidad general de 11.285 hombres y 14.225 mujeres entre 1989 y 2012; un cuestionario que se repitió cada 2 años hasta la finalización del estudio.
Los resultados indicaron que mantener relaciones sexuales una vez a la semana de promedio representaba el número mágico de la felicidad, y que un mayor número de encuentros sexuales no incrementaba el nivel de felicidad de los participantes.
“Aunque el sexo con más frecuencia se asocia a una mayor felicidad, nuestros hallazgos sugieren que es importante mantener una relación íntima con la pareja, pero sin necesidad de tener relaciones sexuales todos los días”, explicó Amy Muise, líder del estudio.
El segundo estudio se basó en una encuesta a 2.400 parejas casadas y el cuestionario se repitió cada 2 años durante 14 años. La evaluación de las respuestas expuso de nuevo que las parejas se encontraban más satisfechas con sus relaciones con una sola práctica sexual por semana; menos aportaba infelicidad/estrés y más no contribuía a más felicidad.

Las mujeres sienten más atracción sexual hacia sus maridos cuando las ayudan.
En el tercer estudio, se realizó una encuesta online sobre los ingresos anuales de 138 hombres y 197 mujeres con pareja estable que practicaban sexo una vez a la semana de media.
Los resultados descubrieron que existía una gran diferencia en los niveles de felicidad entre los que tenían unos ingresos de 15.000-25.000 dólares al año en comparación con aquellos que ganaban 50.000-75.000 dólares anuales y las estadísticas de felicidad respecto a la frecuencia sexual. Esto es, los resultados mostraban que el sexo estaba más fuertemente ligado a la felicidad que el dinero.
“La gente suele pensar que cuanto más dinero y más sexo, más felicidad, pero esto sólo es cierto hasta cierto punto”, aclaró Muise.
Lo cierto es que medir la felicidad es imposible tanto como encontrar la receta para llevar una vida plena, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que hay cosas que ayudan. Y es muy curioso. Como muestra, te traigo dos ejemplos:
Tener un buen trabajo es importarte para ambos sexo, pero histórica y culturalmente, el empleo es una importante fuente de felicidad para los hombres. Sin embargo, ¿sabes qué es lo que (supuestamente) hace felices a los hombres?

Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge asegura que la dicha masculina no radica en el sexo ni en el fútbol, sino en ayudar en las tareas del hogar.
Al parecer lavar los platos, barrer el suelo o ir al supermercado serían algunas de las actividades que ayudarían a los hombres a sentirse más plenos y realizados con sus vidas.
Según los investigadores, parte de esa felicidad que emana de las tareas hogareñas proviene del alivio de conciencia. Es decir, que ellos se siente mejor ‘ayudando’ (¡ay, qué palabrita!) a su pareja en el trabajo cotidiano. De este modo, dicen los autores, se sienten mejor consigo mismos y surgen menos conflictos en su vida. Pero más que ayudar, se trata de ‘compartir’ responsabilidades, ¿verdad chicas? Pequeño matiz léxico.

Se sentirá realizado si te ríes con él porque ha cumplido su misión: verte feliz.
En cuanto a las mujeres, un dato sorprendente extraído de un estudio realizado en Harvard: ellas son más felices si sus parejas están ‘molestas o enojadas’ ya que esto demuestra lo “fuerte” que es su relación.
Es decir, que mientras que los hombres se encuentran satisfechos cuando su pareja comparte su felicidad, las mujeres prefieren que ellos estén frustrados.

¿Esto tiene algún sentido? Al parecer sí.  Porque los hombres siempre han asumido el papel de ‘solucionadores’. Pero cuando un hombre comparte sus sentimientos negativos con su compañera, esta interpreta su iniciativa como una señal positiva para la relación porque lo perciben como un indicativo de que confían en su habilidad para solucionar el conflicto.
Ahora se entiende mejor, ¿no? En cambio ellos entienden exactamente lo contrario, cuando sus parejas comparten sentimientos negativos lo ven como una amenaza a la relación.
¡Ay! Si es que para gustos, los colores. Quedaros con lo que os sirva de este post, pero yo ya os lo dije al principio: las expresiones de amor y cariño nunca sobran, y el dinero es una fuente de problemas. ¡A pasarlo 

martes, 3 de mayo de 2016

10 consejos para masturbar a tu chico


-
-
-






Podríamos preguntarnos: ¿por qué ofrecerle lo que sabe darse a si mismo? Al fin y al cabo, tu chico se conoce y sabe darse placer a sí mismo para alcanzar el famoso clímax. Pero es que tu prestación será simplemente diferente. "Confiarte su sexo le lleva a perder el control y a cambiar sus costumbres, lo que le ofrece a nuevas sensaciones" responde Nathalie Giraud-Desforges, sexoterapeuta. Para llevarle por el camino del placer, se recomienda seguir algunos pasos. Nuestros especialistas te guían y añaden un consejo: ¡sorpréndele!

1. Agarra su pene. Busca una postura cómoda. Luego, sujeta con firmeza su pene desde la base.

2. Con la otra mano haz un anillo con el pulgar y el índice. Rodea su pene, justo por debajo de la corona del glande, alrededor del frenillo.

3. Partiendo del borde de la corona, acaríciale bajando hasta la base y luego vuelve a subir. Al principio haz lentos movimientos de vaivén. 

4. Alterna esta larga caricia con caricias más pequeñas alrededor del frenillo solamente.

5. Es el momento para utilizar el lubricante. Basta con echar un poco en tus manos, frotarlas y retomar allí donde te habías quedado. "Si eliges lubricantes con base de agua, guarda el tubo al alcance de la mano, porque se seca bastante rápido... Los que son de base de silicona duran más tiempo" aseguran de manera unánime nuestros especialistas. 

6. Dale largas caricias que vayan desde la base del pene hasta la punta del glande.

7. Alterna los vaivenes. "Puedes aumentar la velocidad, cuando relajes la mano y disminuirla cuando le aprietes con más fuerza" añade Ian Kerner. La excitación tiene que ver con la presión y la fricción. 

8. Junta las manos bien lubricadas alrededor del pene y frótalas como si quisieras calentarlas. 

9. ¡Dirección, el perineo! Los hombres no lo tienen demasiado en cuenta durante la masturbación y sin embargo... "Es una clave del placer, esta zona está en contacto directo con la próstata" explica Nathalie Giraud-Desforges. La técnica que funciona e masajeando esta zona con los dos dedos. Si ejerces una fuerte presión con el pulgar plano en esta zona, el sexo se pone recto. Este punto acentúa la erección.

10. ¡Ofrécele un bonus! "El pimentero, una técnica taoísta con unas virtudes conocidas" precisa Natalie Giraud-Desforges. ¿Cómo se hace? Pon el pulgar y el índice de una mano en la base del sexo para sujetarlo bien. La otra alrededor del glande. Gira presionando suavemente, como lo harías con un pimentero. Los dos dedos están unidos con el frenillo para aumentar las sensaciones. La clave radica en la regularidad del movimiento y la variación de las presiones. La ventaja es que se consigue un placer diferente que no se pueden dar ellos mismos.

viernes, 29 de abril de 2016

¿Y si los hombres se hicieran el test de embarazo?

-
-
-










Podría servir para detectar problemas de salud masculinos

Lo que te voy a contar a continuación es el resultado de un episodio real que ocurrió en el año 2012 cuando un hombre británico encontró por casualidad una prueba de embarazo en el baño; a su ex novia se le olvidó allí.
Ante una ruptura todos pasamos por momentos de enajenación mental, así que al ver el dispositivo el protagonista de esta historia pensó que sería gracioso hacerse el test.
La sorpresa fue mayúscula cuando instantes después la prueba arrojó un resultado inesperado: un positivo como una casa.
Aunque se quedó descolocado, momentos después decidió compartir la anécdota, hizo una foto al test y colgó la imagen en Reddit. A los tres días tenía cerca de 1.300 respuestas, muchas de desconocidos, que le recomendaban que acudiera al médico.

La mayoría de los hombres no son conscientes de la elevada incidencia del cáncer testicular y otros problemas que se originan en el saco del escroto.
Al principio no hizo caso pero los mensajes no cesaban, y el que más se repetía era este: “¡Puedes tener cáncer testicular! Ve a un oncólogo y dile que te has hecho una prueba de embarazo y que salió positiva”.
Cuando acudió al médico le confirmaron que, obviamente, no se encontraba ‘en estado’; pero la bromita del test al final sirvió para algo, le detectaron un cáncer de testículos.
La explicación es sencilla: el test de embarazo no dice simplemente “bebé sí” o “bebé no”, sino que detecta el aumento de la hormona gonadotropina coriónica humana llamada beta-HCG.
Esta sustancia fisológica se produce en las primeras fases del embarazo por el embrión y, posteriormente, por una parte de la placenta llamada sinciciotrofoblasto.

El cáncer testicular se cura,si se detecta a tiempo. No te saltes las visitas al urólogo.
Pero también se produce, en pequeñas cantidades, en el organismo masculino con la función de estimular el desarrollo de los testículos.
Y algunos tipos de tumores provocan un aumento de la producción de la hormona beta-HCG, entre ellos una de las diversas variedades de cáncer testicular.
Por eso, si un hombre se somete a un test de embarazo y da positivo, eso significa que tiene unos niveles anómalos de dicha hormona, lo que podría ser un indicio de un posible cáncer testicular.
De todas formas, no es el medio adecuado para descubrirlo,¿no crees? Los test de embarazo no se inventaron con ese fin y aparte, no son nada baratos.
Hay otras maneras de descubrirlo, el primer signo de cáncer en el testículo es la presencia de una masa indolora. Por eso, se recomienda que los hombres se realicen un auto-examen mensual para descartar posibles alteraciones.

sábado, 16 de abril de 2016

5 MOTIVOS QUE LLEVAN A LA INFIDILIDAD (como evitarlos)


-
-

-














La infidelidad tal vez sea el enemigo más temido de las parejas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué sucede? ¿Qué motivos nos llevan a engañar? Checa cinco factores que podrían tener como consecuencia una infidelidad, y qué puedes hacer al respecto.

¿Será posible evitar la infidelidad? -
Falta de individualidad. En este caso, los miembros de la pareja suelen sentirse sofocados en la relación, tal como nos explicó Jeanette Raymond, psicóloga, psicoterapeuta y experta en relaciones. Ser infieles puede darles la sensación de que rompen las reglas y logran ser independientes, sin perder los beneficios de estar juntos.
¿Qué hacer? Aliéntense el uno al otro a tener hobbies y amistades por fuera de la relación. “Véanlos como elementos que ayudan a que el matrimonio crezca. Cuando permitimos que nuestra pareja sea ella misma, es más probable que esté disponible emocionalmente para nosotros”, sugirió la experta.
Problemas de comunicación. Por ejemplo, volviendo al caso anterior, uno de los dos no sabe que el otro se siente sofocado y necesita libertad, dijo Raymond. “A veces pareciera que hablar es una amenaza a la estabilidad de la pareja. Así, ser infiel fuerza la discusión y ayuda a reconstruir la relación o la destruye”, indicó la experta.
¿Qué hacer? “Hablen de sus sueños, fantasías y deseos con curiosidad e interés, no como algo que puede arruinar el matrimonio. Muéstrale a tu pareja que quieres que se sienta satisfecha”, recomendó Raymond.
Necesidad de sentirse deseado. ¿Quién no quiere que lo adoren y malcríen? Una infidelidad puede ofrecer esa oportunidad, sin necesidad de modificar nada en la pareja.
¿Qué hacer? Muéstrale a tu pareja que disfrutas de su compañía, de su humor y de sus excentricidades. Concéntrate en las características que despiertan tu amor. “Saber que nuestro ser amado quiere estar con nosotros de la forma en que somos, que nos acepta así, es un afrodisíaco más grande que una cena de lujo”, indicó la experta.
Necesidad de tener el control. Según Raymond, para algunas personas, sobre todo las mujeres, es muy importante sentir que están a cargo. Esto puede provenir de sentimientos de inseguridad y de la necesidad de protegerse del abandono o del rechazo. “Muchas veces, se engaña por la satisfacción de tomar las decisiones y de no tener que ocuparse de otra persona durante el affair”, dijo la psicóloga.
¿Qué hacer? Hablar con la pareja sobre el miedo a no ser suficientemente buena, a sufrir abuso emocional y otras problemáticas, es un paso esencial, según la experta. “Pero es difícil hacer eso de la nada, así que ir a terapia para trabajar sobre esa necesidad de tener el control es un buen comienzo. Luego, pueden acudir a terapia de pareja para que la relación sea más equitativa”, sugirió Raymond.
Surge la oportunidad. ¡Así de simple! Hay ciertas situaciones, como un viaje de negocios, que pueden propiciar la infidelidad. Después de todo, estás por tu cuenta, probablemente bebiendo alcohol y con menos inhibiciones, según explicó Jim Walkup, terapeuta de parejas, en el sitio YourTango.
¿Qué hacer? “Hagan de la fidelidad un asunto importante. Hablen sobre el tema y explícale a tu pareja qué significaría para ti que te engañara. Si se encuentran lejos, además, intenten mantenerse en contacto y llamarse aunque sea tarde por la noche”, recomendó el experto.

Y tú, ¿cuál crees que es el mayor factor que lleva a la infidelidad? Cuéntanos

domingo, 10 de abril de 2016

¿¿ES NORMAL TENER FANTASÍAS CON PERSONAS DE TU MISMO SEXO ???

-
-
-
-










Los humanos somos seres sociales que necesitamos a otras personas y sabernos parte de un grupo. Desde la adolescencia buscamos identificarnos con etiquetas según la música que nos gusta, la manera de vestir, los hobbies y también la sexualidad.
En cuanto a la orientación sexual nos dividimos en tres grupos; heterosexuales, bisexuales y homosexuales. Lo que no está muy claro es la línea divisoria entre ellos.
Las personas heterosexuales se sienten atraídas únicamente por miembros del sexo opuesto, pero lo cierto es que no son muchos los que pueden asegurar nunca haber sentido atracción sexual por alguien de su género o incluso haber tenido experiencias o relaciones homosexuales.
Si un individuo solo se fija en los de su mismo género se dice que es gay. Muchos homosexuales han tenido relaciones heterosexuales durante un tiempo en su vida, sea por rechazo a su orientación sexual real o porque en ese momento correspondía con lo que sentían. También hay personas que se autodenominan homosexuales durante un periodo en el que tienen una relación con alguien de su mismo sexo y, al terminar esta, solo se relacionan íntimamente con personas de sexo opuesto y se consideran heterosexuales.
Los bisexuales si reconocen la atracción hacia los dos sexos, algunos bisexuales aseguran que esta preferencia va por etapas y otros que se mantiene, también hay personas que manifiestan preferir relacionarse con gente de un género para relaciones serias y de otro para el sexo.
No son pocos los estudios que tratan de encontrar los factores que hacen a una persona tener una orientación sexual u otra, sobre todo los que intentan explicar las causas de la homosexualidad.
El hecho de que la mayoría de las personas no puedan asegurar haberse mantenido fieles a sus preferencias sexuales durante toda su vida, ya sea a nivel atracción o llegando a relacionarse íntimamente, hace pensar que realmente estas etiquetas puedan ser solo sociales y no seamos ninguno heterosexuales ni homosexuales.
¿Dónde comienza la homosexualidad?

Tenemos claro que una persona que tiene una relación sentimental e intima con alguien de su mismo sexo es homosexual, pero nadie podría asegurar que es gay si no se ha llegado al contacto sexual. ¿Verdad?
Reflexionemos entonces sobre como llamaríamos a una persona enamorada durante años de otra de su mismo sexo pero sin que ocurra nunca nada, ¿y si añadimos que además tiene relaciones sentimentales con gente de sexo contrario siempre? ¿Sería algo así como gay de corazón?
Mientras un individuo dudará de su orientación sexual tan solo a partir de un sueño erótico, otro probablemente tendrá que esperar a tener sentimientos de amor duraderos.
Tratar de transformar los hechos de nuestra vida en etiquetas que nos definan es una tarea inútil, sobre todo cuando hablamos de algo tan involuntario como es la intimidad y el deseo sexual.
La orientación sexual no comienza ni acaba con ningún evento, podemos sentirnos heterosexuales u homosexuales desde el nacimiento sin tener que esperar a experimentar atracción por nadie o podemos descubrir un cambio una o varias veces en nuestra vida a partir de experiencias varias.
La línea entre fantasía y realidad

Las fantasías son totalmente libres, podemos imaginar lo que queramos sin sentirnos culpables ya que no estamos haciendo nada malo. Al igual que podemos deleitarnos con la idea de robar un banco y hacernos millonarios y eso no nos convierte en delincuentes, las fantasías sexuales no determinan características reales como la homosexualidad, incluso siendo la causa de excitación física.
Lo que nos excita al imaginarlo no tiene porque corresponder con lo que nos excite una vez en la vida real. Un buen ejemplo es el de fantasear con sexo en grupo, es una imagen excitante y referente a una práctica que no es habitual y esto da muchos puntos para que se repita en la mente, lo cierto es que la mayoría de las personas no se sentirían tan excitados si ocurriese en realidad y probablemente ni siquiera querrían estar en esa situación.
Si nos sentimos culpables por sentir excitación imaginando algo y llegamos a obsesionarnos  es seguro que esa imagen volverá a nuestra cabeza sin que queramos y eso potencia la obsesión y con ello otra vez la frecuencia de la fantasía.
Lo mejor es disfrutar de las fantasías sexuales y fomentarlas sin culpabilidad, son privadas y podemos controlarlas como queramos para utilizarlas en nuestro beneficio.

sábado, 9 de abril de 2016

14 RAZONES PARA TENER SEXO TODOS LOS DÍAS.


-
-
-













Estás estresado, copado por las dificultades que te trae progresivamente la vida y con la sensación –y temor- de que tu salud se esté deteriorando. ¿Sabes cuál es la solución inmediata para mejorar esa situación? En el fondo, la sabes: el sexo. Ésta es la vía para la felicidad, la longevidad y el mantenimiento sano de todo nuestro cuerpo.
¿Lo dudas? ¿Crees que es demasiado bueno para ser verdad? No te preocupes, aquí te dejamos una lista de los beneficios que trae el sexo cuando se practica diariamente (y, obviamente, responsablemente). 14 razones deberían ser más que suficiente:

1. Anti estrés:
El sexo ayuda a reducir el estrés. Cuando los ejercicios basados en “respirar profundamente” fallan, el sexo terminará la tarea satisfactoriamente.
La razón es que durante la relación sexual tu cuerpo produce dopamina -una sustancia que combate las hormonas del estrés-, endorfinas -también conocido como “la hormona de la felicidad”- y oxitocina, una hormona que mejora el deseo secretada por la glándula pituitaria.
En un estudio, publicado en la revista Public Library of Science, tres investigadores de la neurociencia llevaron a cabo una prueba en ratas macho y encontraron que las sexualmente activas tenían menos ansiedad que las que estaban privadas de actividad sexual.


2. Una forma estupenda de ejercitarte:
Hacer el amor es una forma de actividad física. Durante el acto, los cambios fisiológicos en el cuerpo son tan consistentes con si estuviéramos en una sesión de ejercicios. Tu respiración se acelera. Por lo tanto, estás quemando calorías.
Ecuación: si tienes relaciones sexuales tres veces por semana durante 15 minutos (pero sabemos que puedes hacerlo mejor que eso) quemarás aproximadamente 7 mil 500 calorías en un año. ¡Eso es el equivalente de correr más de 100 kilómetros!
Además, la respiración acelerada aumenta la cantidad de oxígeno en las células, y la testosterona producida durante el sexo fortalece tus huesos y músculos.

3. Baja la presión sanguínea:
Los abrazos y el sexo pueden mejorar tu presión sanguínea, previniendo males como la hipertensión.

Estos según conclusiones de una serie de investigaciones de la Universidad del Oeste de Escocia.

4. Fortalece tu sistema inmunológico:
¿Quieres evitar los resfriados? El sexo es una de las mejores vías para combatir la gripe y otros problemas similares de salud, pues los anticuerpos que protegen y tu cuerpo aumentan cuando incrementas tu actividad sexual.

5. Te hace ver más joven:

Hacer el amor al menos tres veces en la semana te puede hacer diez años más joven, afirma la investigación escocesa. “Es bueno para ti tener buen sexo”, afirma David Weeks, neuropsicólogo del Hospital Royal de Edimburgo, cuyos estudios sobre la relación entre el sexo y el envejecimiento se publicaron en el libro “Los secretos de la Súper Juventud”.

6. Un corazón más sano:

El sexo ayuda a quemar calorías pero también puede fortalecer tu corazón y así prevenir los riesgos de un infarto. Tú sólo debes esforzarte por disfrutar el momento.

Científicos del Instituto de Investigación de Nueva Inglaterra examinaron los efectos que tiene el sexo sobre el corazón. Las conclusiones arrojaron que los hombres pueden disminuir hasta un 45% los riesgos de padecer alguna enfermedad cardiovascular,

7. Alivia el dolor:
El placer es la medida para eliminar el dolor. Si experimentas migrañas y dolores en el cuerpo, el sexo puede ser la mejor medicina (atención: nunca sustituye una consulta con tu médica, más en el caso de dolores delicados como el de espalda).

El doctor George E. Erlic, especialista en artritis en el Hospital de Filadelfia, EE UU, condujo una investigación para medir la relación entre la artritis y el sexo, que arrojó resultados donde la práctica del sexo disminuía el dolor en los pacientes.
8. Construcción de confianza e intimidad:
El acto sexual hace segregar la hormona oxitocina, responsable de la felicidad y el amor. Así que si sientes que tu relación se está debilitando y que cada vez se separan más, el sexo puede reparar esos vacíos, pues la hormona oxitocina fortalece la confianza entre las parejas (sí, al igual que cupido).

9. Menos probabilidad de padecer cáncer:
Tener eyaculaciones regulares reduce tus posibilidades de padecer cáncer de próstata. Un estudio australiano comprobó que un hombre que eyaculara 21 veces durante un mes aumentaba sus probabilidades de evitar el cáncer de próstata.
Esta tesis fue corroborada por otra investigación que comprobó que el acto del coito reduce los riesgos de este tipo de cáncer.

10. Previene el insomnio y los problemas del sueño:
No es ningún secreto: después de ese “gran trabajo”, tu cuerpo está listo para descansar. Y es que el sexo funciona de la misma manera que el ejercicio: te relaja, te hace olvidar tus problemas, te hace dormir con un bebé.
11. Regula los ciclos menstruales de ella:

Al parecer, el sexo puede mejorar sus ciclos menstruales, pues funciona como un regulador hormonal. La explicación: el sexo reduce el estrés, que es una de las principales razones por las que se altera la periodicidad de las menstruaciones. Sí, hacer el amor puede ser una mejor opción mejor para este fin que las mismas píldoras anticonceptivas.
12. Previene la disfunsión eréctil:

50% de los hombres mayores de 40 años sufren en algún momento de disfunción eréctil y todos los hombres más jóvenes temen ese momento en que “su mejor amigo” no responda correctamente.

A mejor medicina para la impotencia es… adivinaste otra vez: el sexo. Las erecciones mantienen la correcta circulación sanguínea a través de las arterias del pene, manteniendolo saludable.

Además, los doctores comparan las erecciones con el entrenamiento atlético: mientras más lo intentes más capacitado estarás para la acción.
13. Longevidad:
Un corazón sano, músculos fuertes, el aumento de la circulación del oxígeno y la felicidad son los factores que le añaden vida a los años y, por lo tanto, años a la vida.
Un estudio publicado en Gran Bretaña revela que los hombres que practican el sexo a menudo viven el doble que los que rara vez lo hacen (o no lo hacen nunca… lo cual hace que la vida no valga la pena vivirla, ¿no?).

14. Un semen más sano:
Si estás intentando con tu pareja concebir un hijo, incrementarás el volumen de semen en la medida en que tengas más sexo.
La práctica sexual regular mantiene “renovada” la esperma en los testículos. Ergo: mayores posibilidades de “dar en el blanco” y tener buenas noticias para esa madre que tiene tanto tiempo exigiéndote un nieto.

sábado, 2 de abril de 2016

¿ME MASTURBO DEMASIADO?


-
-
-












Si ya es raro que hablemos con nuestros amigos y conocidos de la masturbación, es bastante más extraño que comentemos la frecuencia con la que lo hacemos, así que normalmente no sabemos si estamos por encima o por debajo de la media y es fácil que pensemos que nuestra frecuencia no es “normal”.
Es muy habitual que durante los años de pubertad y adolescencia la masturbación sea mucho más frecuente, incluso varias veces al día. Además, uno de los efectos positivos de la masturbación es que relaja y desestresa, así que hay momentos en nuestras vidas en los que podemos aumentar la frecuencia, por ejemplo en periodos de exámenes o en picos de trabajo (una vez en casa, claro, en la oficina no suele estar bien visto).
Cuando pasamos por periodos de bajo deseo sexual también puede afectar a las relaciones sexuales con uno mismo así que pueden pasar muchos días o meses sin masturbarnos, simplemente porque no nos apetece.
Así que, como en muchas otras cosas, no hay una frecuencia buena ni mala, depende de nuestras ganas y nuestras necesidades. Más que en el número de masturbaciones, se valora cuando hay un problema según la sensación de ansiedad cuando no se practica, cuando afecta a la vida diaria e impide realizar actividades que se hacen normalmente como ir a trabajar.
Mitos sobre la masturbación frecuente
Durante todos los años en los que la masturbación ha sido un tema tabú, han surgido numerosos mitos acerca de las consecuencias negativas de la masturbación. Actualmente, aunque se habla mucho más abiertamente del tema, permanecen ciertas falsas creencias que aumentan la preocupación de las personas y fomentan el sentimiento de culpa.
Los mitos más frecuentes son acerca de la relación de la masturbación con el control eyaculatorio y la erección masculina. Algunos hombres creen que el motivo de su problema de eyaculación rápida es que se han masturbado o se masturban con mucha frecuencia. La masturbación suele ser primera relación sexual genital que tenemos en nuestras vidas, así que nos ayuda a conocernos en este terreno y a practicar con nuestros cuerpos lo que queremos sentir con el cuerpo de otra persona. Ocurre que, generalmente, al masturbarnos no nos deleitamos en las sensaciones sino que vamos directas/os a lograr un orgasmo. El control de la eyaculación no es innato, es algo que pide la sociedad a los hombres desde hace muy poco (hace solo 50 años eyacular rápido era signo de virilidad), algo que hay que entrenar. Si un hombre utiliza la masturbación para practicar el control de la eyaculación, supondrá una gran ventaja a la hora de las relaciones sexuales en pareja pero si va directo al orgasmo simplemente no lo está entrenando, así que es más difícil que logre hacerlo en una situación en la que no controla todos los factores, como un coito. Es decir, la masturbación no provoca eyaculación rápida y de hecho puede ayudar a entrenarla.
Otra duda frecuente es acerca de la relación entre la masturbación y la erección. No hay ninguna relación entre una cosa y otra. Hay hombres que notan que si se masturban y el mismo día intentan tener relaciones sexuales les cuesta mantener la erección, pero este efecto sería igual si tratan de tener dos relaciones sexuales seguidas. Otros, en cambio, utilizan la masturbación para tener mejores erecciones poco después.
Masturbarse tampoco afecta a la excitación, algunas personas creen que como en la masturbación logran excitarse y llegar al orgasmo de forma muy sencilla, están “malacostumbrándose” y luego les costará más hacerlo cuando estén en pareja, especialmente si usan vibradores. No hay manera de malacostumbrarse en el sexo, es como cualquier otro placer, parecido a si pensamos que si comemos algo que nos gusta mucho luego no disfrutaremos del resto de las comidas.
Cuando sí es un problema
Aunque en la mayor parte de los casos la masturbación no solo es inocua, sino potencialmente beneficiosa, en ocasiones puede suponer un problema. En esos casos se deberá acudir a un psicólogo especialista en adicciones para superarlo. Esto ocurre cuando:
-        La práctica de la masturbación te impide realizar tu vida normal, no vas a trabajar, no haces vida social y prácticamente no haces otra cosa que no sea masturbarte.
-        Sientes el impulso irrefrenable de masturbarte en situaciones poco adecuadas, como lugares públicos o delante de otras personas.
-        Si pasa mucho tiempo sin poder masturbarte te sientes mal, ansioso y te afecta al sueño y la alimentación.
-        La forma en la que lo haces provoca lesiones en tus genitales, como irritación o inflamación o has dañado tus muñecas (en este caso la primera visita será al médico).